La asertividad es la capacidad de autoafirmar los propios derechos, sin dejarse manipular por los demás.
Los comportamientos asertivos suponen saber defender las propias necesidades frente a las exigencias de los demás, sin llegar a utilizar comportamientos agresivos o violentos.
La asertividad es el punto medio entre los comportamientos inhibidos propios de las personas tímidas o inseguras y los comportamientos violentos propios de personas agresivas y egoístas.
Los comportamientos asertivos suponen saber defender las propias necesidades frente a las exigencias de los demás, sin llegar a utilizar comportamientos agresivos o violentos.
La asertividad es el punto medio entre los comportamientos inhibidos propios de las personas tímidas o inseguras y los comportamientos violentos propios de personas agresivas y egoístas.
Ejemplo. alguien le pide el coche a otro que no desea prestarlo:
Forma inhibida: bueno.....te lo presto.....
Forma agresiva: no me da la gana prestártelo
Forma asertiva: lo siento, pero no acostumbro a prestarlo
La persona inhibida y sumisa no defiende sus propios derechos, respeta a los demás, pero no se respeta a sí misma.
Sus esquemas mentales son del tipo: “lo que yo piense o sienta no importa. Importa lo que tu pienses o sientas”. “Es necesario ser querido y apreciado por todo el mundo” “si digo lo que pienso se molestarán conmigo”.
Sus sentimientos suelen ser frecuentemente de frustración, impotencia, culpabilidad y baja autoestima, ansiedad y temor. Sus comportamientos son inseguros: vacilaciones, bajo volumen de voz, bloqueos y silencios. Con frecuencia tiene quejas no manifestadas hacia los demás del tipo: “X es egoísta y se aprovecha de mi”. Cuando ya no puede más puede experimentar “explosiones” agresivas bastante incontroladas resultando de la acumulación de tensiones.
La persona agresiva defiende sus derechos de forma excesiva, no respetando a los demás y frecuentemente generando conflictos por este hecho. Carece de habilidades para relacionarse con la debida sensibilidad o empatía.
Sus esquemas mentales son del tipo “si no soy fuerte los demás se aprovecharán de mí”, “lo importante es conseguir lo que yo quiera”, “hay gente mala y vil que merece ser castigada”.
Sus sentimientos suelen ser de enfado, sentimiento de injusticia, soledad y abandono, baja autoestima, frustración y falta de control sus comportamientos son agresivos y retadores: contacto ocular desafiante, cara tensa, tono de voz elevado, interrupciones y habla tajante.
La persona asertiva sabe respetar a los demás sin dejar de respetarse a si misma. No pretende entrar en el esquema de ganar o perder en la relación con los demás sino en ¿cómo podemos llegar a un acuerdo favorable a ambos? Su manera de pensar es más racional, actuando de forma más adaptativa a su vida y circunstancias. Sus sentimientos son más estables y controlados que los de las personas inhibidas o agresivas y derivado de todo esto su sentido de autonomía, autosuficiencia y autoestima es elevado.
Dicho todo esto podemos decir que no podemos clasificarnos en cada uno de estos tres tipos de personas. Todos tenemos en mayor o menor proporción algo de cada tipo. Pero lo que nos interesa es aumentar nuestro nivel de asertividad en detrimento de los otros tipos.
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